Soledad en la crianza: no estás sola en esto de sentirte sola
Hoy quiero que hablemos de la soledad en la crianza, ya que es una situación por la que veo atravesar a muchas de mis pacientes, y que involucra una enorme cantidad de desafíos, tanto a nivel práctico como emocional. Y también porque resulta fundamental para las madres que atraviesan esta circunstancia, saber que hay otras mujeres que pasan por situaciones similares, que no son las únicas, y que hay muchas formas de hacerle frente a lo que les pasa con esa soledad.
Los caminos que traen a esas madres hasta la soledad son muchos y muy distintos: situaciones laborales propias o de sus parejas, no contar con su familia primaria y/o amigos por diferentes causas, vivir fuera de su ciudad o país, y una infinidad de particularidades personales y familiares ligadas a distanciamientos y ruptura de relaciones, desacuerdos, o distancia más afectiva que física. Estas y otras circunstancias llevan a veces a transitar la maternidad sin las personas que ellas quisieran cerca, y eso puede resultarles muy difícil.
El hecho de que el círculo íntimo que acompaña las distintas etapas de la maternidad sea escaso o nulo puede generar tristeza, angustia y un enorme desamparo. Son tantas y tan diversas las situaciones a las que nos enfrentamos cuando tenemos un hijo, que se hace necesario compartirlas para poder atravesarlas mejor. El hecho de compartir nuestra experiencia ayuda a generar mayor seguridad y confianza en los procesos diarios, y esto se ve reflejado en el vínculo que formamos con nuestros hijos. Cuando las mujeres compartimos nuestras experiencias y emociones ligadas a la maternidad, encontramos también la calma que implica saber que no somos las únicas que vivimos y sentimos de esta manera.
Se desea compartir la alegría, las primeras sonrisas de nuestros hijos, sus travesuras, logros y crecimiento. Pero también deseamos desesperadamente ser abrazadas frente a los miedos que implican los desafíos diarios, la ambivalencia de sentimientos, el agotamiento…y la necesidad imperiosa de contar con un otro que colabore en lo cotidiano. Alguien en quien descansar práctica y emocionalmente, alguien que nos sostenga, que nos ataje, que esté ahí para nosotras.
Si bien cada situación y cada familia es única, la necesidad de ser contenidas, acompañadas y escuchadas mientras estamos criando, es universal. En este punto es cuando nos topamos con algo que excede lo netamente biológico. No basta con que el pediatra nos confirme que el estado de salud de nuestros hijos es bueno y que su crecimiento es acorde a lo esperable. Si no tenemos quien festeje con nosotras, quien nos abrace y nos seque las lágrimas cuando lo necesitamos, quien nos contenga a los que estamos haciendo este hermoso pero difícil trabajo de criar, se siente un vacío que puede resultar difícil de sobrellevar.
Si esta es la situación que te está tocando atravesar, te dejo algunas sugerencias para mejorar lo cotidiano:
- Es importante poder exteriorizar esta necesidad de estar acompañada. Si hay alguna o algunas personas que te rodean es necesario que busques un momento para hablar y contarle(s) que no te estás sintiendo bien transitando sola este momento. Muchas veces damos por sentado que el otro sabe algo de lo que puede no estar enterado.
- Si lo que te separa es la distancia física, es importante acordar vías de comunicación para estar en contacto con las personas que necesitas. Hoy la tecnología nos permite sentirnos mucho más cerca independientemente de las distancias físicas que nos separen. Utilizar estas herramientas puede ayudarte a sentirte mejor en lo cotidiano.
- Pensar en la posibilidad de establecer nuevos lazos con personas que, si bien no formaron parte siempre de tu círculo íntimo, estén atravesando o hayan atravesado el camino de la maternidad y puedan empatizar con vos.
- Averiguar e intentar formar parte de grupos de crianza.
- Consultar con profesionales formados específicamente en el área de perinatalidad y orientación a padres..
Transitar acompañados el camino de la crianza nos permite disfrutar el recorrido