Preparando la llegada del bebé
Durante el embarazo empezamos a imaginar a nuestro bebé habitando la casa. Pensamos en los primeros tiempos durmiendo cerca nuestro y armamos su cuna. A veces preparamos la que va a ser su futura habitación, tenemos en cuenta cuestiones de seguridad en las que antes no era necesario pensar (como comprar tapa- enchufes, redes en balcones, cercos en piletas, etc). Los muebles, ropita y accesorios para bebés parecen sacados de cuentos, y se hace difícil elegir.
Aunque es fundamental pensar en la comodidad y bienestar del bebé, no hay dudas de que realizar todas estas compras y comenzar a hacerle un lugar en la casa, tiene (también) que ver con hacerle a este hijo un lugar en nuestras vidas.
Es natural escuchar a las futuras mamás hablar durante horas sobre el talle elegido para la primer ropita, y sus dudas sobre si será chiquito o demasiado grande. O verlas correr las cunas cientos de veces antes del nacimiento, pensando en la ubicación más estratégica… Y acomodar mil veces las prendas en los cajones; primero por color, después por talle y finalmente por estación.
Todos estos preparativos son una forma simbólica, mediante la cual comenzamos a darle un lugar a este hijo por nacer en nuestras vidas, pensarlo e imaginarlo, a suponerlo de acuerdo a las fantasías que vamos construyendo sobre él.
Por eso estos son momentos fundamentales que van mucho más allá de la preparación de un espacio físico. Son un modo de darle entidad a este bebé que aún no nació, pero que ya podemos sentir y que esperamos.
Si bien en general estos preparativos ocurren durante el embarazo, hay algunas mamás gestantes a las que resulta un poco más difícil poder conectarse con ese bebé que aún no pueden ver, ni tocar.
Establecer este vínculo desde el embarazo o más tarde, depende en gran parte de la historia de este bebé: si fue buscado o llegó en paracaídas, si es el primero o ya tiene hermanos, si hubo pérdidas gestacionales anteriores, entre otras muchas cosas.
No todas las mamás se conectan con sus hijos en el mismo momento ni del mismo modo. Y está bien que así sea, ya que cada historia es única. Pero es importante que, si al pensar en los cambios que se avecinan con el nacimiento sentís angustia, tristeza o indiferencia, sepas que hay psicólogos perinatales que están específicamente formados para poder acompañarte durante estos momentos.
Buscar apoyo en un profesional puede ayudarte a encontrar tu forma de conectarte con este bebé, y hacer del camino, un recorrido agradable.
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