Mamá vs mujer: amiguemos a las dos
En el consultorio escucho muy seguido cosas que tienen que ver con que “convertirnos en madres” implica automáticamente dejar el lugar de mujer.
“Ya no me compro más nada para mí, ahora todo es para mi bebé”
“Hace meses que no tenemos relaciones sexuales con mi pareja porque ahora soy madre y no hay tiempo”
“Antes me pintaba las uñas, me perfumaba y me llenaba de cremas, ahora tengo que asegurarme de que las medias que uso sean del mismo par”
Éstas son algunas de las cosas que escucho. Entre resignación y angustia, mis pacientes me muestran que compraron el cuento de que para convertirse en buena madre es necesario dejar atrás a la mujer que eran.
Ojalá ellas se dieran cuenta de que compraron ese cuento, y que no hace falta vivirlo así. Pero no es tan claro para ellas que mucho de esto son imposiciones. Lo que pasa es que escucharon durante años, en relatos repetidos por generaciones, que ser madre implica cambiar los conjuntos de encaje por corpiños para amamantar, los stilettos por zapatillas y las carteras de cuero por bolsos enormes llenos de pañales y óleo calcáreo. Se rindieron ante esta afirmación y decidieron hacerla propia sin cuestionarla.
De ninguna manera los lugares de madre y mujer son excluyentes entre sí. Querer vernos bien, ansiar salir con amigas, esperar sentirnos deseadas durante el embarazo y el puerperio es completamente natural y esperable.
Tiene que haber un momento para cambiar pañales y otro para maquillarnos. Un momento para alimentar al bebé y otro para tomar una copa de vino escuchando música. Un momento para jugar con nuestro hijo y otro para estar con nuestra pareja y conectarnos en la intimidad.
Mis sugerencias son:
- Pidan ayuda para cuidar al bebé, y aprovechen ese tiempo para mimarse:ir a hacer una actividad que les guste, ir a la pelu, a hacerse las uñas, a comprarse algo que quieran tener o a tomar algo con una amiga.
- Al menos una vez cada quince días, intenten hacer una salida a solas con su pareja (así sean dos horas, no necesariamente de noche, puede ser en cualquier momento que alguien de confianza pueda cuidar al bebé).
- Cuando el bebé duerme, acuéstenlo afuera de su habitación para poder compartir momentos de intimidad.
La clave principal es el trabajo en conjunto con la pareja y fundamentalmente la comunicación. Si sentís que te está costando conseguirlo y esto te angustia, no dejes de consultar con un profesional matriculado.
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